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ESTILO DE VIDA 

Los bienes materiales, ¿sabotean la felicidad?

Por Annietere R. Bonnet

 

Uno de los sueños del ser humano es tener solvencia económica y la posibilidad de adquirir cualquier bien material que deseemos sin mucho sacrificio. Sin embargo, personalmente, desde hace muchos años, he comprobado que esos sueños “prioritarios” de esta sociedad no dan la felicidad, por el contrario mientras más tenemos materialmente más vacios nos sentimos internamente.

 

Siempre me he preguntado el porqué, si por el contrario deberíamos estar "realizados" al lograr nuestros sueños, alcanzar metas, tener éxito, dinero y solvencia. ¿Qué pasó, por qué no logramos sentirnos completos?

 

Ahora científicos han confirmado mi intuición. Un grupo de investigadores de la Universidad Estatal de San Francisco han llegado a la conclusión - basado en un estudio - que lo que marca nuestra existencia son las experiencias que vivimos y no los objetos materiales que poseemos.

 

La clave para vivir feliz es generar recuerdos en base a experiencias y vivencias personales las cuales, según esta prueba, se consigue viajando y no comprando compulsivamente.

 

La investigación, publicada en el Journal of Positive Psychology, afirma que la gratificación instantánea que obtenemos al adquirir objetos como ropa o joyas caras es únicamente pasajera. Por el contrario, al crear experiencias que perduren para siempre estamos invirtiendo a largo plazo en un futuro verdaderamente feliz.

 

Estos expertos han determinado que aquellos que adquieren un objeto determinado tienden a devaluarlo instantáneamente después de comprarlo. Lo mismo sucederá con todo aquello material que obtengan pasado el tiempo.

 

“Compramos cosas para ser felices y tenemos éxito pero sólo por corto tiempo. Las cosas nuevas son emocionantes para nosotros al principio, pero luego nos adaptamos a ellos”, explican los investigadores. En ese sentido, el experto no critica la adquisición de determinados objetos como una forma de felicidad aunque sí cuando esta práctica es constante.

 

“No estoy diciendo que nunca se deba recompensar un par de semanas difíciles con un traje nuevo y una noche de fiesta, pero nuestros mayores inversiones deben ir hacia experiencias que crean recuerdos para toda la vida en lugar de un elemento que va a perder su factor ‘cool’ dentro unos años”, concluyó el perito.

 

Quedando confirmado que nuestra felicidad no se basa en los bienes materiales, entonces, invirtamos mucho más en experiencias, viajes, buena compañía y experiencias que al final nos acompañaran por siempre. ¡Las vivencias son una inversión a largo plazo!

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