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MUJER - Sexo

Cómo la inseguridad mata la pasión 

Por Annietere R. Bonnet para Real Influencers

 

Hoy en día, cuando la sexualidad ha dejado de ser un tema tabú y discreto para convertirse en un tema explícito, sugerente y a veces hasta socialmente necesario muchos se cuestionan y señalan la capacidad sexual de las personas con un cuerpo "imperfecto" para la sociedad o con sobrepeso. ¿Puede un gordito tener relaciones sexuales plenas? ¿Limita el peso el disfrutar un buen orgasmo?

 

Para muchos el que estemos dentro de un grupo activamente sexual es sinónimo de status y de un estándar cultural. En estos tiempos se rinde tributo al raquitismo, acción que influye en otros a un pensamiento errático donde visualizan a las personas grandes con un bajo libido o impotencia sexual. Entonces, en una sociedad donde las estadísticas más recientes consideran el crecimiento corporal como una epidemia que ataca indiscriminadamente tanto a jóvenes como adultos, el tema de la corpulencia y el sexo se ha convertido en uno bastante controversial pero, aunque estudios médicos indican que existen factores químicos que influyen en el deseo y que la producción de hormonas es un factor responsable del bajo desempeño sexual, pienso que la complacencia va mucho más allá.

 

Entiéndase que generalmente las relaciones de pareja suelen comenzar como historias de amor que se fortalecen con compromiso y entrega haciéndonos sentir la más profunda de las ilusiones junto a esa persona que ha sido capaz de hacer posible que nos afloren todo tipo de emociones. Sin embargo, esa entrega muchas veces puede venir acompañada de ansiedades causadas por barreras impuestas por nosotros mismos y que pueden destruir el más ansiado encuentro.

Si analizamos el acto sexual, este no es otra cosa que el enlace de dos cuerpos en la búsqueda de una satisfacción estimulada por un sinnúmero de sensaciones teniendo como objetivo disfrutarse mutuamente. Una vida sexual de calidad, a mi entender, comienza por tener una buena salud sicológica la que comienza con dejar atrás aquellos patrones sociales para conseguir que ese mágico encuentro llegue a su máximo nivel. Uno de los factores primordiales para lograr un orgasmo pleno está en la pareja. Si tenemos una buena conexión espiritual, comunicación y un fuerte deseo por la persona que amamos el cuerpo pasa a un segundo plano anteponiéndose así la confianza y la pasión.

 

He escuchado como mujeres y hombres con un peso estándar que, por el simple hecho de haber aumentado unas libritas o tener un velo de celulitis, aseguran no disfrutan el sexo a plenitud. Sin embargo, otros con mayor volumen corporal gozan el acto plenamente y sin complejos. Estos ejemplos reafirman una vez más que la libertad corpórea y la satisfacción no es sólo una cuestión anatómica ni de vergüenza sino de seguridad. La baja autoestima en sí mismos contribuye al desastre sexual.

 

“Mi relación sexual es plena”, afirma SV una mujer residente en la Florida. “El peso no es un impedimento, al contrario. Creo que nosotros como pareja nos esmeramos más en disfrutar el momento y complacernos uno al otro. Soy una mujer "full figure" y me siento muy sexy y sensual. La gordura no afecta el sexo, creo que lo que limita el sexo es la mente del individuo. El sexo es un acto maravilloso, por lo tanto jamás debemos ponerle impedimentos”, revela esta profesional de 46 años quien lleva casada con JV más de 23 años.

 

También, me di a la tarea de conocer el otro lado de la moneda y cuán importante es para una persona estilizada lucir un cuerpo perfecto a la hora de la intimidad y cómo se sentiría esta persona si aumentara de peso o tuviera un leve cambio físico. ¿Tendría la misma confianza a la hora de mostrar su desnudez?

 

LM, una nadadora medallista olímpica retirada, divorciada de 52 años, con un cuerpo súper estilizado, bien cuidado y atlético confesó, “Aunque trato de mantenerme no creo poseer un cuerpo perfecto. Sentirme sexy y deseada es lo que me da la seguridad a la hora de hacer el amor, pero creo que si engordara 20 libras, como nunca las he tenido, no me sentiría confortable”.

 

Luego de estas confesiones quiero ponerme de ejemplo ya que he sido una persona robusta toda mi vida por lo que desde muy pequeña he aprendido a aceptar y a amar mi cuerpo. A pesar que disfruto el recato, como parte de mi femineidad y coquetería, no tengo límites para mostrar mi cuerpo en la intimidad. Por el contrario veo el acto sexual como un acto de amor, seducción, pasión, compromiso y, ¿por qué no?, un modo placentero de ejercitarse o como una rutina de actividad física la que al final me premia con la quema de unas cuentas calorías porque para disfrutar a plenitud la pareja tenemos que dejar atrás las exigencias de musculaturas o curvas perfectas ya que este tipo de presiones sin sentido impiden el respetar ese templo divino que Dios nos ha regalado.

 

“El simple roce que generan los cuerpos durante el coito produce un ajuste térmico que acelera el metabolismo”, aseguran los expertos. Entonces, no importa la hechura que poseamos, tomémoslo positivamente y saquémosle provecho a esos estudios científicos que prueban que durante el acto sexual quemamos 350 calorías cada cinco minutos. Los procesos fisiológicos que genera el clímax lleva al cuerpo a trabajar a su máxima capacidad – como si estuviéramos en el gimnasio – generando grandes beneficios estéticos como lo son mayor resistencia y tonicidad muscular así como emocional concluyendo que un sexo bien llevado contribuye a fortalecer la unión en la pareja y eleva la autoestima haciéndonos sentir mucho más deseados.

 

Hay cosas en la vida que no son negociables. Privarnos a ser amados, evadir caricias o hasta llegar a la abstinencia porque no tengamos la capacidad de disfrutar nuestra beldad externa obstaculizando el disfrute de una sexualidad plena debido al dominio de complejos e inseguridades banalmente infundadas no es aceptable.

 

Libera tu belleza interior, tus deseos, fortalece la confianza en ti misma, despójate de esos tabúes y desnúdate porque la sexualidad no es cuestión de imagen sino de ACTITUD!!!

 

Este artículo fue publicado en la portada de la reconocida publicación Huffington Post Voces.

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